Busca un lugar tranquilo, donde puedas sentarte o estirarte cómodamente, en el que no te molesten o puedan interrumpirte.
Puedes poner un poco de música suave, si te apetece.
Intenta concentrarte en tu respiración, en como entra y sale el aire por tus fosas nasales.
Respira de manera natural, sin forzarla.
Puedes repetir un mantra o simplemente pensar: inspirando..., expirando..., inspirando..., expirando...
Esto te ayudará a entrar en estado de meditación.
Si te viene alguna imagen o recuerdo a la mente; simplemente has de observarlo, dejarlo pasar y volver a concentrarte en la respiración.
La meditación ayuda a calmar la mente, tranquilizarse, liberarse de las preocupaciones diarias, el estrés, la ansiedad y la depresión.
Potencia el estado de concentración y la memoria.
Estimula el sistema inmune y los mecanismos de autocuración.
Ayuda a desarrollar la creatividad.
Desarrolla la inteligencia emocional y la empatia.
Nos aporta felicidad.
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